sábado, 8 de enero de 2011

JEMY BUTTON



Jemmy Button el patagón que inspiró a Charles Darwin.


El 25 de junio de 1831 Robert Fitz Roy (Ampton Hall, Suffolk 1805 - Horwood, Surrey 1865) fue confirmado como Comandante del HMS Beagle.

El barco fue llevado para los Astilleros de Plymouth para una reforma general y el Capitán Fitz Roy supervisó el trabajo, utilizando hasta su propio dinero para garantizar economía en los gastos. Las órdenes para el próximo viaje eran continuar con el trabajo cartográfico en Sudamérica.

Cuando zarpó de Plymouth a fines de 1831, en su segundo viaje, la tripulación del Beagle era de 75 personas. A bordo iban 16 Oficiales y Oficiales instructores, 9 Suboficiales, 8 Infantes, 6 sirvientes, 3 supernumerarios incluyendo a Charles Darwin, 3 fueguinos y 30 marineros. Todos los miembros de la tripulación eran voluntarios.

El de más edad en el barco era un Infante, John Burguess, que tenía 47 años al zarpar.Canal de la región meridional deAmérica del Sur, entre la Tierra del Fuego por el norte y las islas Gordon, Hoste, Navarino, Picton y Nueva por el sur.

.El Oficial con más años era John Wickham, con 33 años, mientras que el Comandante Robert Fitz Roy tenía 26 años y Darwin tenía 22.

Este viaje del Beagle era una expedición de jóvenes. Tres de los Oficiales, Robert Fitz Roy, Bartholomew Sullivan y John Stokes, fueron luego Almirantes; John Wickham y Philip King fueron prominentes políticos en Australia. El cirujano Robert Mc. Cormick fue luego un reconocido explorador del Ártico y escritor

En 1825, la nave llamada HMS Beagle había salido en misión de exploración hacia la Tierra del Fuego. El territorio en ese entonces no estaba ocupado por ninguna potencia europea, y pese a los elegantes títulos jurídicos de propiedad que Chile o Argentina pudiesen reclamar sobre aquellos lares, en aquellos años las tierras eran del primero que instalaba colonias y fortines allí.

La nave golpea las olas del Atlántico Sur. Ya se divisan las costas de la “Terra Incognita Australis”. Las fogatas de los aborígenes, que inspirarían más tarde el nombre con el que hoy se conoce a la Tierra del Fuego, todavía no están encendidas.

La nave pasó varias desafortunadas peripecias, el HMS Beagle arroja sus anclas cerca de la costa de Wulaia (cómo llamaban los nativos a su tierra) y el Capitán Robert Fitz Roy, a quien había sido confiado por la Royal Navy el mando del bergantín tras el suicidio de su antecesor el comandante Pringle Stokes, se levanta de su descanso y contempla con gozo la imagen del objetivo cumplido. Ahora ya puede dar inicio a su misión de cartografiar la geografía de la isla.

Un grupo de canoas yámanas salen al encuentro del Beagle. Una de las embarcaciones lleva entre sus tripulantes a Orundellico, un adolescente de unos 14 años. El joven pasaría poco después a ser conocido como Jemmy Button, luego de que el capitán se desprendiera de un botón de nácar de su abrigo como pago a cambio de mantener al fueguino a bordo. El Capitán está furioso porque robaron una de las balleneras del barco, y está dispuesto a realizar un intercambio para recuperarla. Los aborígenes parecen no dar señales de la ballenera y Jemmy termina como rehén en el Beagle.

El Capitán y regresó a Inglaterra en 1830, junto con tres nativos (un cuarto murió en la travesía). Estos nativos recibieron los nombres de Jemmy Button, Minster York y Fuegia Basket (esta última era una chica), y pertenecían a la etnia de los yaganes, hoy en día extinta, al menos en estado de puridad.

FitzRoy era un tory (un conservador), y llegó alardeando de que traía a sus salvajes en calidad de esclavos, para enseñarles a ser personas civilizadas y cristianas como Dios manda. Los marinos bajo el comando de FitzRoy, por su parte, iban diciendo por ahí que el hombretón Jemmy Button había costado apenas un botón de nácar.

Pero FitzRoy no había contado con que en sus años de ausencia, la sensibilidad política había ido cambiando. Mientras que los tories eran esclavistas con toda su alma, los whigs (liberales) eran abolicionistas, y habían conseguido en el intertanto que la esclavitud efectivamente se prohibiera en Inglaterra (el Beagle había pasado cerca de cinco años fuera).

De inmediato, en las altas esferas políticas se decidió que Jemmy Button, así como sus tres compañeros, que legalmente ya no eran esclavos, fueran por tanto devueltos a Tierra del Fuego, desde donde habían sido sacados contra su voluntad. FitzRoy recibió las nuevas con fastidio, en particular cuando recibió órdenes de que no debería disparar a los nativos bajo ninguna circunstancia, aunque ellos, ofendidos por el secuestro de sus compatriotas, intentaran vengarse de los ingleses... Pero se serenó un poco cuando además se le informó que debería llevar a cabo algunas acciones políticas en el sur, muy cerca de su lugar de destino (reclamar para Inglaterra las Islas Malvinas, por ejemplo, todo en Historia se conecta).

¿Y Jemmy Button? Aunque nativo salvaje por los cuatro costados, no le había sido difícil asimilar los modales y refinamientos propios de la civilización británica, quizás no tanto como un lord inglés de pura cepa, pero sí con certeza de mejor manera que los propios de los rudos marineros en sus tabernas y bajos fondos londinenses. La esforzada entrega de un reverendo de apellido Matthews había tenido mucho que ver en ello. Además, Jemmy Button había desarrollado un carácter un tanto infantil, producto del envanecimiento propio de quien es y se sabe el centro de atención de las gentes, que por supuesto miraban con curiosidad, casi como fenómeno de feria, al salvaje caníbal que estaba aprendiendo de manera tan acelerada cómo comportarse en civilización. Debe recordarse que en esa época se consideraba que las diferencias entre distintas culturas no solían considerarse como un problema de aprendizaje o de sociedad, sino racial y biológico: las culturas inferiores lo eran porque sus miembros pertenecían también a razas inferiores.

Ver a Jemmy Button vestido de etiqueta y cenando era para ellos casi como ver a un chimpancé amaestrado haciendo lo propio en algún programa de televisión al estilo "Lancelot Link" o similar.

Llegó el día del embarque, y los tres yaganes fueron llevados de regreso a Tierra del Fuego. Allí, una horda de salvajes desprovistos de cualquier rasgo de civilización, recibieron a los retornados. Al principio, habiendo los tres viajeros patagones permanecidos demasiado tiempo en el ámbito civilizado, la idea de abandonar sus ropas y volver a sus hábitos antiguos, canibalismo incluido, se les antojó insufrible.

York Minster fue el primero que se adaptó, seguido por Fuegia Basket, y no sólo abandonaron del todo las costumbres británicas como si nunca hubieran salido de su tierra nativa, sino que además estuvieron en posición de aprovechar algunos truquillos aprendidos durante la vida en sociedad, para enseñorearse sobre su propia tribu. Para horror del Reverendo Matthews, York y Fuegia regresaron al nudismo y a la antropofagia como si nada. Jemmy Button, por el contrario, las pasó muy mal. Un día en que salió, vestido y con modales, a dar una vuelta fuera del poblado, York Minster se le arrojó encima, le dio una paliza, y le robó toda la ropa y pertenencias. Jemmy, desesperado, se refugió con el reverendo Matthews, tachando de bribones e ignorantes a sus compatriotas, y pidiendo llorando que le dejaran regresar al Beagle, y eventualmente a Inglaterra. La ironía suprema es que el Gobierno británico había dado órdenes precisas de dejarle en tierra, para no contrariar los supuestos deseos de Jemmy Button secuestrado contra su voluntad, y ahora que el pobre quería devolverse a la civilización, el capitán FitzRoy en cumplimiento de sus órdenes tajantes debía dejarle en tierra firme, como finalmente sucedió... En cuanto al Reverendo Matthews, que se suponía debía quedarse en Tierra del Fuego para evangelizar y civilizar a los nativos, al ver esto perdió toda esperanza y acabó reembarcándose en el Beagle, considerando su "misión civilizadora" como algo imposible.



Esto ocurrió en 1831. En 1834, la expedición volvió a toparse con Jemmy Button. Para sorpresa de todos, ya no quería regresar a Inglaterra, porque tenía una chica, a la que presentó como "Jemmy Button's wife" (más tira un par...). Y andaba cubierto sólo por un taparrabos. Sin embargo, de la desgraciada experiencia salió algo bueno, aunque no para el pobre Jemmy Button. Uno de los tripulantes de la expedición del Beagle, al mando de FitzRoy, a saber el por entonces joven y desconocido naturalista Charles Darwin, tuvo una inmejorable ocasión de observar cómo el medio ambiente modela a las personas y opera sobre su comportamiento. Gracias a la desafortunada, y por qué no decirlo, también trágica, experiencia de Jemmy Button, las semillas de las ideas sobre la adaptación de las especies a sus respectivos entornos, así como el concepto de que el ser humano quizás fuera descendiente por evolución de alguna criatura bestial de los tiempos prehistóricos, quedó implantada en la mente del joven Charles Darwin. Lo que siguió adelante, fue la publicación de "El origen de las especies", el 24 de Noviembre de 1859 (más de un cuarto de siglo después), lo que gatilló una de las más importantes revoluciones científicas en toda la Historia de la Humanidad.

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